¿Cómo se trata este trastorno?
El tratamiento de este trastorno de la alimentación tiene que ser multidisciplinar y adaptarse a cada paciente de forma individual.
Las dos aproximaciones al tratamiento son la psicoterapia y los fármacos. Es mejor que la psicoterapia la realice especialista con experiencia en alteraciones de la conducta alimentaria. Éste decidirá además si el paciente necesita seguir una terapia con antidepresivos que ayude a controlar la bulimia nerviosa.
En virtud de la gravedad, el paciente puede requerir a un tratamiento ambulatorio o ser hospitalizado.
Como terapeutas ocupacionales debemos encaminar los primeros pasos a evitar los vómitos, normalizar el funcionamiento metabólico del enfermo y enseñarle a mantener una dieta equilibrada y tener unos buenos hábitos alimenticios.
Junto a este tratamiento, encauzado hacia la recuperación física, paralelamente se desarrollará una terapia psicológica con el fin de reestructurar las ideas racionales y corregir la percepción errónea que el paciente tiene de su propio cuerpo.
El tratamiento también implica la colaboración de la familia, que también debemos de trabajar, ya que en ocasiones el factor que desencadena la enfermedad se encuentra en su seno por lo que es extremadamente importante.
La curación de la bulimia se alcanza en el 40 por ciento de los casos, si bien es una enfermedad intermitente que tiende a cronificarse.
La mortalidad en esta enfermedad supera a la de la anorexia debido a las complicaciones derivadas de los vómitos y el uso de purgativos.
¿Cómo pueden actuar las personas cercanas al enfermo?
- Evitar comentarios críticos sobre el peso, la comida, el aspecto físico en general, etc.
- Entender que la bulimia es un problema grave, no tonterías de la persona que lo sufre.
- Intentar no controlar al enfermo todo el tiempo y hablarle únicamente del problema. De esta forma evitarán que se sienta agobiado y fomentarán que tenga la percepción de apoyo y comprensión.
- Dejar de lado chantajes, por ejemplo “si comes, te compraré algo que quieres”. Estas fórmulas no sirven de nada, solo empeoran la situación
La mejor forma para ayudar a una persona bulímica es tomar conciencia de que tiene un trastorno de la conducta alimentaria y debemos encargarnos de que las personas cercanas a ella lo comprendan.
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